El discurso del ingeniero Mario Capello en Argentina Mining 2012

“Dejar de hablarse encima”

Con una crítica directa a la falta de cohesión interna de la industria y, como es su costumbre, haciendo hincapié en la necesidad de anteponer realidades a los mitos que rodean el desarrollo minero, el secretario del Cadim recorrió en un discurso en Argentina Mining 2012, las asignaturas pendientes de las mineras que actúan en el país.

(Por Roberto Mendoza especial para La Opinión Austral)

En el cierre de la convención Argentina Mining 2012 realizada en Salta a inicios de este mes, se premió, como ya es tradicional en este evento, a distintas empresas y personas destacadas de la industria, a través del voto electrónico de cientos de participantes.
En esta edición, como personalidad destacada, recibió el galardón Mario Capello, profesional que se desempeña como secretario del Centro Argentino de Ingenieros de Minas (Cadim) y un tenaz defensor y divulgador de la actividad minera en el país.
En su discurso de recepción, el ingeniero Capello –que ha sido diputado en su provincia, San Juan, por la UCR– recorrió algunos aspectos de la coyuntura que atraviesa la industria y su posición interna frente a ellos, que vale la pena resaltar en esta columna.

Párrafos del discurso

“Muchos me escucharon decir que los mineros debemos dejar de hablarnos encima, es decir, reunirnos para alagarnos entre nosotros mismos. Hay del otro lado de nuestro escenario otro mucho más grande, conformado por una sociedad que desconoce nuestro lenguaje, no sabe de yacimientos, métodos, tratamientos, metal doré o concentrados. Y que precisamente por no saber, muchos compatriotas se autoencadenan a los mitos levantados y presentados en forma de explicación por el nuevo cipayismo criollo, en el sentido que le dio al término Arturo Jaureche”.
“15 años de una nueva minería en Argentina debería servirnos para que la experiencia acumulada nos guíe a superar dificultades y contradicciones de esta hora, usando la inteligencia. Si coincidimos, algunos comportamientos debemos mejorar”.
“Frente a ese mar de desconocimiento que es nuestra actividad en un país sin tradición minera, primero nosotros, los profesionales formados en las universidades públicas argentinas, debemos en salir a devolver en agradecimiento, lo que la propia sociedad nos brindó: una chance de estudiar y recibirnos en un sistema educativo gratuito. No alcanza con hacer bien las tareas donde nos toca actuar, eso desde ya. Frente a los mitos que preocupan a una gran mayoría de compatriotas, la ética nos interpela y nos niega el derecho a callar. El conocimiento científico adquirido en esos años de estudio y rutinas metodológicas, debe hacerse oír una y otra vez para transmitir, desde las múltiples usinas de comunicación, la verdad aprendida, que por ser científica, es universal. Debemos colaborar en destruir prejuicios, dogmatismos, supersticiones y alejar las proclamas fanáticas del seno de la sociedad argentina”.
“Hemos visto con alegría la aparición de una nueva burguesía nacional surgida de los múltiples servicios que reclaman los emprendimientos. Vemos como una buena parte de la renta obtenida por los proveedores locales se vuelca en nuevas inversiones ligadas a las actividades tradicionales de una provincia. Lo veo en la mía, en San Juan, donde turismo, vitivinicultura, olivicultura, granjas productivas inversiones inmobiliarias surgen como consecuencia directa de la ganancia en las faenas de una mina. Una cuestión poco estudiada y menos difundida a la hora de informar sobre el aumento de los ingresos públicos y la aparición de trabajo en blanco”.
“También este sector debe preguntarse frente a los desafíos que tenemos por delante, qué estamos haciendo para contribuir con una minería que deje de envidiar a lo que se hace en otros países y piense que cuadruplicar las 12 minas metalíferas con que contamos no es una meta inalcanzable, la que multiplicaría también por cuatro las necesidades de insumos y servicios. Pero eso no se logra solamente llenando los salones en que se produce una ronda de negocio o cuando alguna de las tres minas en construcción nos convoca para anoticiarnos de sus necesidades. Está bien que eso sea así. Pero sería bueno también reuniones para ver de qué manera puedo colaborar con la superación de los cuestionamientos más que manifiestos que tiene la actividad minera, actividad que les permitió una irrupción en el mundo de los negocios ni siquiera imaginada 15 años atrás”.
“Por último surge la clara necesidad de un fuerte liderazgo, desde los conceptos, en el sector empresarial. Una adecuada actitud asociativa debe hacernos mirar más allá de nuestra propia empresa y entender que cuando atacan a cualquier emprendimiento, lo hacen también con el propio. Hemos visto en reiteradas oportunidades que cuando se cuestionaba un proyecto porque su técnica hidrometalúrgica ordena lixiviación con cianuro, frente a las objeciones públicas a este método, la respuesta era “yo no uso cianuro”. O cuando otro proyecto anunciaba procesos hidrometalúrgicos de flotación y eran increpados por los diques de colas; igualmente poco inteligente era pretender zafar diciendo “nosotros no tenemos diques de colas”. En ambos casos la respuesta deben estar dadas mediante una explicación simple y clara atada a la verdad científica En uno o otro caso, con cianuro de sodio o con diques de colas, las tareas que desarrollamos se realizan en base a los rigurosos requerimiento que imponen las leyes, con los procesos tecnológicos más avanzados, con máximos estándares de seguridad hoy por hoy desarrollados y con un respeto por los eco-sistemas y el medio ambiente que pocas otras actividades pueden mostrar”.
“Un solo spot dando información a la población sobre para que sirve la minería, ha sido un buen y demorado primer paso en el desafío de que se conozca, aunque suene increíble, para que sirven los minerales en una sociedad. No aflojar ahora que se comenzó y bien, continuando con explicaciones mediáticas sencillas y referidas a los temas que sabemos, más preocupan a los ciudadanos. Es una tarea en la que ninguna empresa y ninguno de nosotros se puede desentender”.

Mayor protagonismo

Trabajar en equipo, hacer conocer las características y métodos del quehacer minero, alejar los fantasmas, mostrar la multiplicación e impulso que la actividad promueve en las regiones donde se desarrolla; son cuestiones que hemos tratado más de una vez en esta columna, y que cada vez son más necesarias para afirmar un proceso de desarrollo minero que aporte lo que tiene que aportar, generando el avance sostenible de las comunidades y cortando la dependencia del soporte estatal, como única salida al desempleo y la falta de crecimiento.