Un panorama preocupante
Los empresarios mineros nucleados en Camicruz describieron al gobernador Peralta la situación de la industria, las principales aristas de la coyuntura y los escollos que se presentan
A finales de la semana pasada y en el marco de los agitados días que vive Santa Cruz, la cámara empresaria que reúne a las empresas mineras que operan en la provincia, Camicruz, se reunió con el gobernador Daniel Román Peralta, a pedido de éste, para analizar diversos aspectos de la actualidad de la industria a nivel provincial, nacional e internacional.
Los empresarios aprovecharon la oportunidad para describir el actual estado de cosas de la minería santacruceña, que no atraviesa su mejor momento, por la confluencia de numerosos factores.
Los representantes de Camicruz explicaron al gobernador Peralta que la minería en Santa Cruz pasa por una situación que si bien no es crítica, se presenta como preocupante, aclarando que algunos de los motivos son locales, otros afectan a todos los emprendimientos mineros del país, y también hay factores externos que difícilmente se puedan controlar.
Números complicados
En tal sentido, detallaron los mineros que en el último semestre, los precios internacionales de los metales que se producen en Santa Cruz registraron caídas, lo que para muchos analistas es una tendencia que se mantendrá en el futuro. El precio de la plata cayó en este período un 34% y el del oro un 8%, lo que de por sí es un dato a tener en cuenta, ya que nuestra provincia produce mayoritariamente plata, y el oro que se exporta representa menos del 5% del metal total extraído.
Otro factor externo que no se puede soslayar es el de la crisis europea, que ha dificultado la captación de fondos de inversión para el desarrollo de nuevos proyectos, que generarán ganancias solo a mediano y largo plazo. Cabe acotar en este sentido, que después de la crisis de 2009, si bien los metales habían recuperado sus valores, ese crecimiento no se reflejó en las acciones de las compañías mineras que, en general, han disminuido o se mantuvieron estancadas.
Paralelamente, los costos de producción metalífera en Argentina se han elevado, por diversos motivos. Los salarios mineros representan hoy en nuestro país cerca del 54% del costo total de producción, y en el último año aumentaron un 34% en promedio. Al mismo tiempo, se han incrementado los costos operativos, debido a que la producción ha sido afectada por menor disponibilidad de equipos, insumos y repuestos importados, ante la fuerte limitación a las importaciones, produciéndose paralización de algunos sectores, con el consiguiente impacto en el costo.
Otro factor que influyó mucho en las finanzas de las compañías, fue la fijación de plazos exiguos plazos para la liquidación de divisas provenientes de la exportación de metales, que hacían imposible cumplirlos. Para evitar sanciones, las empresas dejaron de exportar por casi sesenta días, hasta que el gobierno nacional revió la medida y ajusto los plazos. Con todo la cadena de pagos se vio fuertemente resentida.
A nivel provincial, los integrantes de Camicruz detallaron como principales preocupaciones, las situaciones vividas especialmente en proyectos en exploración con personas identificadas como integrantes del gremio Camioneros, de las que dimos cuenta en esta misma columna hace unos meses, que provocaron la queja de las empresas a las autoridades provinciales en numerosas reuniones a lo largo del último año.
Estos conflictos provocaron que cuatro mineras junior se hayan retirado de Santa Cruz, y otras tantas hayan suspendido preventivamente la actividad, generando la pérdida de cerca de 200 puestos de trabajo a los proveedores locales, según datos de Capromisa, además de otros efectos en la economía regional y el desarrollo futuro de la industria.
El titular de la entidad, Horacio Gabriel, comentó que explicaron con la mayor sinceridad posible al gobernador Peralta la coyuntura actual de “una industria que en Santa Cruz genera más de 10.000 empleos directos e indirectos, contrata a más de 300 proveedores locales y vuelca importantes montos en el circuito económico local, a través de sueldos y adquisiciones”.
El presidente de Camicruz dijo que también se le detalló al Gobernador cómo se compone la contribución impositiva de la minería, que tiene una carga de impuestos promedio del 54%, “y de esa masa contributiva menos del 11% queda en Santa Cruz, en tanto que el resto va directamente a las arcas nacionales”, a lo que el mandatario se mostró dispuesto a discutir con el gobierno nacional un reparto más equitativo.
Por su parte, desde el Ejecutivo provincial se les requirió a las empresas que aún en situación adversa, se mantengan a rajatablas los puestos de trabajo, incrementando más la participación local y continúen incrementando el compre local.
La refinería
También destacó Gabriel que se trabajará en un estudio para definir la factibilidad de instalar una refinería de oro en la Provincia. Los empresarios sostienen que no es viable desde el punto de vista económico, pero están dispuestos a asumir el costo de un estudio de factibilidad, para zanjar la cuestión.
Cabe remarcar que un país que produce mucho más mineral que Argentina, como Chile, no cuenta con una refinería, e incluso sus autoridades mineras han descartado realizarla.
En tal sentido, el presidente de la Sociedad Nacional de Minería (Sonami) de ese país, Alberto Salas, dijo que “en Chile tenemos una postura muy clara respecto de las refinerías y el valor agregado que pueden generar para una nación. Hace más de tres décadas estábamos convencidos de que teníamos que ser capaces de hacer todo el desarrollo productivo de la cadena, y eso generaría valor agregado al país; pero nuestra visión hoy parte de otro objeto, porque no se puede crear valor a un producto cuando el costo que conlleva es mayor que el que se le agrega… ¿y cómo creamos valor? Básicamente siendo capaces de descubrir y arrancar el mineral, porque uno puede tener el mejor yacimiento del mundo, pero si no es capaz de ponerlo en producción, no vale nada, y si se queda allí por tres o cuatro generaciones, eso va a mantenernos pobres a nosotros, a nuestros hijos y a nuestros nietos”.
Salas explica que en su país no hay ningún impedimento legal para hacer una refinería, pero lo que hay es una lógica económica: “Para qué va a gastar una empresa 150 dólares por fundir una tonelada de concentrado fronteras adentro, si puede hacerlo en China por 30 dólares?”, y ejemplifica su visión afirmando que “en la cadena productiva, en la que exploro un mineral y entrego un commodity, la mayor creación de valor está en la mina, ahí es donde creamos el valor que nos sirve como país y sociedad”.