Todo fanatismo es destructivo
El Consejo Superior Profesional de Geología dio a conocer un comunicado tomando posición en torno al debate minero en el país, y aclarando algunas cuestiones relacionadas con el desarrollo de la industria, desde su óptica profesional.
Sostienen los geólogos en el documento que “la discusión del tema minero está atravesada por posturas y creencias que no dejan espacio para un debate racional, basada en la exposición de argumentos técnicamente respaldados, generándose, por el contrario, espacios de fuerte confrontación y violencia, La repetición sistemática de frases mediáticas se impone a cualquier argumento respaldado en realidades técnicas. Los rumores se convierten en verdades indiscutidas, se soslaya abiertamente que en muchos países del mundo se extraen substancias minerales en explotaciones a cielo abierto y también en nuestro país desde hace veinte años, sin que se comprueben los graves daños y las catástrofes ambientales denunciadas”.
Tras aclarar una vez más que la decisión de explotar minerales a cielo abierto o en forma subterránea no depende del arbitrio de una empresa, sino de cómo se presenta ese mineral en el suelo, afirma el comunicado de los profesionales geólogos en relación a las críticas a la industria, que “parecería que el objetivo fuera impedir las explotaciones mineras en general, contraponiéndolas, como alternativa excluyente, a la agricultura o descalificándola con el falazmente mentado excesivo consumo de agua”.
Rescata también el trabajo de los profesionales geólogos en la minería, diciendo que “entre nuestros matriculados, aquellos que se desempeñan en la actividad minera lo hacen con eficiencia, responsabilidad y ética profesional. Adicionalmente, cabe destacar que la mayoría de las tareas directivas y gerenciales de las empresas son realizadas por profesionales argentinos de diferentes disciplinas”.
“La discusión no es minería si o no o si el cielo abierto es mejor o peor que el laboreo subterráneo. El estudio de impacto ambiental, que obligatoriamente forma parte esencial de cada proyecto minero, debe ser realizado por profesionales de las distintas especialidades implicadas –en los que ineludiblemente también participan geólogos- y las autoridades de aplicación de cada jurisdicción, deben aprobar, desaprobar o exigir opciones alternativas hasta que los impactos del proyecto resulten compatibles con una explotación ambientalmente sustentable. Esta decisión de la autoridad de aplicación esta, en la mayoría de las jurisdicciones provinciales, antecedida por audiencias públicas en la que los distintos sectores de la comunidad pueden expresar sus opiniones y por ello conforman ámbitos favorables para el análisis y la discusión”, recuerda el Consejo Superior, afirmando además que “se advierte claramente que las opiniones referidas al tema minero están polarizadas por prejuicios o creencias y también se la defiende o condena por cuestiones políticas coyunturales. Los anti de ayer son los pro de hoy y viceversa. En este contexto resulta imposible generar un marco para el diálogo constructivo.”
Sostiene además que “entre algunos opositores de la explotación minera se encuentran actores con intereses variopintos (políticos, electorales, sectoriales, etc.) que con gran experiencia y presencia mediática instauran mentiras que son aceptadas por la opinión pública por el desconocimiento general sobre este tema”, afirmando que “se falta a la verdad sin pestañear: se afirma que la minería mata, produce cáncer, lleva a la falta de agua, desertifica, que parte del NOA es desértico por culpa de las explotaciones mineras, que el agua se enturbió o cambió de color o gusto, que la Comunidad Europea prohibió la minería, o que una niña en Catamarca murió por culpa de la minería, hecho desmentido por sus padres”.
Luego de hacer un recorrido por la actividad minera en los últimos 20 años en Argentina y asegurar que no se registran los daños sobre el medio ambiente, las fuentes de agua o las personas que muchos sostienen, los profesionales llaman la atención también a las empresas, sosteniendo que “deben entender que la temática es desconocida por el grueso de las poblaciones eventualmente impactadas por los proyectos mineros y por lo tanto comprensible la generación de conflictos que deben ser resueltos por la vía de la explicación, la utilización de antecedentes y documentación fehaciente que respalde cada afirmación”.
Como conclusión y luego de fijar algunas propuestas y asumir que “todos debemos ser parte activa de la búsqueda de las soluciones”, los geólogos afirman que “la minería en sí no es ni buena ni mala, como cualquier actividad humana impacta, sí, pero deben minimizarse los impactos que cada proyecto produce. Es irrefutable que la vida moderna no sería tal de no existir minería, pero también que las empresas mineras deben ajustarse estrictamente a las regulaciones ambientales. Es falsa la disyuntiva minería o ambiente. La minería puede desarrollarse en un marco de absoluto respeto a la calidad ambiental”.
“Se debe discutir sobre bases serias, todo fanatismo es destructivo. Sobre todo debe haber educación e información. Es necesario que las autoridades gubernamentales, empresas y comunidad dialoguen, y aporten la comprensión generadora de los consensos, para que, en el respeto irrestricto a las normas, nuestros recursos minerales se conviertan en propulsores del desarrollo socioeconómico sustentable de nuestras economías regionales”, concluyen.