Una especialidad que respira tradición minera

La geología y sus procesos

La geología investiga el planeta Tierra en forma científica, para aprender, mantener, cuidar y favorecer el mejor aprovechamiento de sus recursos. Su finalidad es la de conocer la tierra explorando e investigando su estructura, para saber qué elementos la constituyen, conocer más de su origen, averiguar sus procesos físicos y químicos para entender su comportamiento e investigar cómo ha ido cambiando a través del tiempo, y de ese modo, tener certeza de su evolución.
Para ello, explora distintos sectores investigando las diferentes capas de la corteza terrestre, y así define qué es lo que ocurre en su superficie y subsuelo. De esta manera, surge cuál ha sido el proceso geológico de las rocas, de otros materiales relacionados, que zonas tienen fallas y hasta para tener en cuanta cuales serían propensas o no a terremotos.
Pero la geología no es estática, porque la Tierra no lo es. Por ejemplo, la Cordillera de los Andes es algo “vivo”, que está creciendo y cambiando a consecuencia de la erosión.
Podríamos decir que en todos los días de nuestras vidas existen noticias de índole geológico, ya sea sobre un volcán determinado o a causa de alguna inundación, entre otras.
La geología puede desarrollarse por medio de la investigación aplicada. Por estar orientada al estudio de los recursos minerales, busca y localiza yacimientos mineros. También elabora mapas geológicos que sirven de herramienta para evaluar las posibilidades reales de explotación de los recursos naturales. Estos mapas, tienen tipificados todos los tipos de rocas existentes en determinadas zonas, tomando en cuenta sus edades y otras características.
Con estos datos, se facilita la búsqueda de nuevos yacimientos con sus respectivos recursos, porque por ejemplo el cobre, no se encuentra en cualquier tipo de roca, sino, que ésta debe tener características muy especiales. En definitiva, esto es lo que hace que se explore en la zona más adecuada.
Los geólogos, en definitiva, descifran donde se encuentra el mineral o cual es su volumen, y una vez recopilada la información, un ingeniero de minas la procesa y plantea las alternativas de exploración de dicho mineral.
Para resumir, sobre los procesos y sus respectivos tiempos, podríamos decir que todo se inicia con una exploración básica, etapa que conlleva el mayor riesgo para la inversión, aunque sea menor que la que luego se va a requerir en etapas posteriores. En esta primera etapa, se confirma el interés exploratorio sobre el área, para luego constituir la propiedad minera -de acuerdo con el Código de Minería vigente–. Esta etapa, finaliza con la realización de sondajes que reconozcan alguna mineralización de interés, y de este modo, avalen la decisión de continuar con la exploración. Todo esto puede llevar de 1 a 4 años de duración.
Luego, vamos a tener la exploración intermedia, para definir la continuidad y los límites de dicha mineralización. Es decir, el tamaño y las características geológicas del cuerpo mineralizado. Este segundo tramo podría abarcar un período de 2 a 5 años para su desarrollo.
Por último, viene la exploración avanzada, etapa que requiere de la mayor inversión y que también podría llegar a tener una duración estimada entre 2 y 5 años. Aquí se evalúan los recursos, la calidad de macizo rocoso y las características metalúrgicas del mineral. También se estudia el impacto sobre el medio ambiente y sobre las comunidades aledañas.
Si el resultado de todo esto es positivo, recién la empresa realizará un estudio de pre-factibilidad para definir las diversas alternativas de desarrollo del proyecto minero.
En todos los pasos, el geólogo habrá intervenido, dando sistematización e interpretación a los datos que se van obteniendo de suelo y subsuelo, mostrando su capacidad para leer y escuchar el lenguaje de las piedras.