El aporte silencioso
La minera santacruceña Cerro Vanguardia realiza continuamente aportes tanto para financiar proyectos de desarrollo, como para atender necesidades directas de la comunidad, especialmente en educación, salud e infraestructura, muchas de las cuales son conocidas sólo por sus beneficiarios directos.
La responsabilidad social empresaria va más allá de responder a necesidades inmediatas de la comunidad, y debe avanzar en realizar un aporte concreto y constante al desarrollo social, posibilitando no solamente cubrir necesidades de infraestructura, sino también en ámbitos tan sensibles y necesarios para afianzar el crecimiento, como lo son la educación y la salud.
La minería es una industria cuyo ejercicio, en los tiempos modernos, no se puede concebir si no se lo hace respondiendo a premisas que exceden a la actividad en sí misma, como lo son un fuerte compromiso con la sustentabilidad social, económica y ambiental. La sustentabilidad, así entendida, no se define como una simple ecuación en la que se analiza la viabilidad económica de un proyecto en la que se suman las posibles ganancias y se restan los gastos operativos, sino por el aporte y el impacto positivo que ejercerá en la sociedad el proyecto que se desarrolle.
En el caso de Cerro Vanguardia y su relación con San Julián, además de la financiación que hace del plan de desarrollo participativo (13,1 millones de pesos en el bienio 2010-2011), se realizan aportes permanentes para infraestructura, salud y educación, que impactan directamente sobre el mejoramiento de calidad de vida de los habitantes de esta población costera de Santa Cruz.
Algunos de estos aportes están contenidos en la planificación del Municipio o de la Agencia de Desarrollo, que buscan en la minera santacruceña el apoyo para paliar los problemas presupuestarios que enfrentan las comunas y el Estado provincial, pero otros surgen de solicitudes directas de las instituciones u organizaciones intermedias, o de iniciativas propias de la compañía.
Apoyo a la educación
Es así que Cerro Vanguardia ha realizado numerosos aportes al sistema educativo de la comunidad que la alberga, tanto para becas como infraestructura, atención de necesidades diarias y equipamiento.
Tomando únicamente el mes de abril, para atender necesidades educativas, Cerro Vanguardia realizó los siguientes aportes: 8.000 pesos para el sistema de becas anuales estudiantiles; 16.000 pesos para adquirir tóner para las impresoras de todas las escuelas de San Julián, destinadas a las salas de informática educativa y trabajos prácticos , (impresoras que fueran donadas por la misma empresa en 2011); 34 computadoras usadas completas (con una antigüedad promedio de 3,5 años, reacondicionadas y puestas a punto), distribuidas de acuerdo a las necesidades en escuelas de zona centro; 12.000 pesos para la cooperadora de la EGB 75 (compra de galletitas o pan para la copa de leche); 8.000 pesos en alimentos para acompañar la copa de leche en el barrio Güemes, por el programa de Apoyo Escolar ; instalación de teléfono y servicio de internet en el taller del Industrial Nº 8; pago anual de 90.000 pesos para proveer del servicio de internet gratuito a todas las escuelas de San Julián, a través del sistema triple play (en cada escuela se instalo un servidor, que controla el uso de internet respecto a material no educativo); 10.500 pesos para la adquisición de lavarropas, heladera con freezer, LCD de 32’ y minicomponente con DVD, para la Escuela Especial Nº 12; material de rezago para ser utilizado en los talleres de la Escuela Industrial Nº 8; y 7.800 pesos para la adquisición de elementos de limpieza, seguridad y mantenimiento para todos los establecimientos educativos de la localidad.
En el mismo mes de abril, también se entregaron medicamentos para el Hospital Zamudio de Piedra Buena, por un valor de 21.615 pesos (que se suman a los 84.875 pagados en marzo para el mismo fin), y se entregó a AAPTA, la asociación que lucha contra problemas alimentarios, el aporte mensual de 1.800 pesos.
A través de la Agencia de Desarrollo local, en el rubro de infraestructura, se destaca el aporte de 418.000 pesos para la construcción del monumento en homenaje a los héroes de Malvinas, que estará emplazado en el acceso a San Julián, como primera etapa del museo que se emplazará en el aeropuerto local, rescatando las instalaciones utilizadas por la Fuerza Aérea durante el conflicto,.
La minera también aporta 350.000 pesos para una red de gas que, con una extensión de 570 metros, vincula a la planta reguladora con la cañería ya existente, para mejorar la provisión de este fluido vital en el sur argentino.
Espacio para el desarrollo
También en el mes de abril, Cerro Vanguardia aportó los fondos necesarios para atender varios créditos de la Línea Bicentenario aprobados por la Agencia de Desarrollo, con destino a proyectos productivos.
Entre ellos se destacan 40.000 pesos para un lavadero de camiones; igual monto para equipamiento de restaurante; y otros 40.000 pesos para equipar una pinturería.
Especial mención merece, dentro de la misma línea de créditos, el aporte de 480.000 pesos para el proyecto Chon Aike, que consiste en una planta de molienda de algas, apunta a generar 40 puestos de trabajo. Se trata de un proyecto de la familia Maiza, que tiene varios años desarrollando la recolección de algas, y la planta es el eslabón necesario para poder agregar valor a esta actividad local.
Cabe consignar que las algas recolectadas se utilizan fundamentalmente en la industria cosmética y en la extracción de diferentes componentes para farmacia, y sus mayores consumidores son los países asiáticos y también Brasil.
Aportes silenciosos
Muchas de las contribuciones que realiza Cerro Vanguardia en la zona centro (como Manantial Espejo en Gregores u otras mineras en zona norte), pasan desapercibidas para los vecinos que no son los beneficiarios directos, e incluso en algunos casos, los mismos funcionarios omiten aclarar el origen de los fondos.
Pero el aporte de la industria minera al desarrollo de las comunidades –más allá de las cuantiosas contribuciones impositivas que se realizan por ley– existe y es una realidad palpable para muchos vecinos, que encuentran allí la asistencia necesaria para crecer y desarrollarse.